Hasta el fin del mundo, si es necesario.

¿Son imporesiones mías o es cierto que ya no me miras con el mismo brillo en los ojos con el que me mirabas antes? Dicen que una mirada vale más que mil palabras, pero yo necesito algo en ti que me haga ver que de verdad lo que me dijiste fue cierto, quiero que todo siga igual, quiero tus abrazos y tus bromas sonrientes, de esas que no duelen. Me es imposible no contestar mal, eso ya lo sabes. El abrazo que les das a ellas... esos abrazos antes también me pertenecían, pero parece ser que por mucho que escriba, de ti recibiré los buenos días y algún que otro futbolín. Quiero un "No me pasa nada, de verdad" con la sonrisa que no me canso de decir que ilumina hasta en lo más oscuro, ese apodo con el que tú, y un par de personas, más me solíais llamar, y ese brillo en los ojos tan... tuyo. Y si tengo que estar escribiendo para ti en este blog durante dos o tres meses más, o los que hagan falta, lo seguiré haciendo. Y si tengo que perder mil partidas a un futbolín, las perderé, y si tengo que aguantar cierta broma que sabes que me sienta mal, la aguantaré. Sigo diciendo que eres el único que me puede hacer esperar. Pero me duele, me duele que tus palabras no me lleguen, no tener tus abrazos también me duele... últimamente me duelen tanas cosas... solamente cuatro personas exactas consiguen sacarme una sonrisa verdadera. ¡Ey! Que soy yo, la niña de las sonrisas, la que solo tiene abrazos para ti, estoy aquí, sigo estando aquí, aunque parece que no me veas. He escrito esto en diez minutos, pero llevo releyéndolo como una media hora... me siento ridícula, porque se que por mucho que escriba, por el momento no recibiré palabra de ti. Me alegra que te vaya bien, de verdad, pero me rebienta que no lo compartas conmigo.