Yo ya sabía que esa noche sería especial, aunque no sabía por qué... quizá porque los iba a volver a ver a todos, a esos que conocí hace un año y me han dado tanto que me impresiona. O porque muy dentro de mi tenía unas ganas enormes de tenerlo cerca. Ni siquiera se quién comenzó con la broma, a quién se le ocurrió que, entre cerveza y cerveza, tenía que salir el tema del que yo tanto deseaba "bromear". Y si, señalo bromear entre comillas, porque, ciértamente, al fin y al cabo, nosotros no hablábamos de eso como una broma.
Yo no se si fue por el alcohol, por lo que nos extrañabamos, o por todo lo vivido esa noche en general, pero fue una de las mejores noches de mi vida.
Las oportunidades, visto lo visto, no son mi fuerte. Creo que la tuve, creo que mientras nos abrazábamos y nos reíamos de todas las tonterías de borracho que soltaban los demás, de cada mordisco y mi situación en una nube, como flotando, perdí un ade tantísimas oportunidades.
Mi problema es que me arriesgo con quien no debo. Pero no puedo hacer nada, nunca pude, ni podré en un futuro. Por ahora, solo se que quiero verlo de nuevo, quiero que lo prometido sea deuda. Y quiero dejar de dormir abrazada a la almohada, para dormir otra vez abrazada a ti.
Pero tu das pocas oportunidades, es más, creo que fue la única.
¿Debería estar triste mientras pienso en todo eso? Lo cierto es que estoy molesta conmigo misma, ya sabeis por qué... esas oportunidades que no deben desperdiciarse... en cambio, tengo una sonrisa pintada en la cara, porque si, porque la vida me sonríe, me regala momentos que no los cambiaría por nada, me regala besos, y abrazos, y amistad, me regala demasiado como para no estar agradecida, aunque, repito, pierda demasiadas oportunidades.
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