No puedo, ahora no.

¿Sabes? Yo pensaba que podría esperar, pero lo cierto es que tus palabras me destrozan cada día un poco más. ¿Tu me ofreces más mala suerte después de todo lo que estoy pasando? Si alguien hubiera visto ese momento, hubiera pensado que mis lágrimas procedían de la alegría que me daba que te dignaras a sentarte a mi lado a ofrecerme cualquier tontería, aunque lo cierto no tiene nada que ver con eso... pero si, son cosas que me duelen, y que tú lo sabes perfectamente. No puedes verme toda la tarde llorando y venir tu a empeorarlo un poco más.